Si hay algo que define los Territorios Palestinos es la complejidad de su situación política, tras la ocupación de estas tierras por el Estado de Israel. Poco a poco se le ha ido arrebatando espacio geográfico y hoy la Autoridad Nacional Palestina tiene dominio político en un territorio realmente muy reducido. Los dos grandes partidos que se disputan el poder son Hamás y Al Fatah.
El pueblo palestino se reparte a lo largo y ancho del territorio de Cisjordania, Israel, y muchos también han emigrado a Jordania y otros países árabes.
Belén (Bethlehem) significa "la casa de la carne" o "el barrio de la carne", ya que antiguamente, la mayoría de la población se dedicaba a la ganadería. Para acceder desde Israel, a unos 9 km al sur de Jerusalén, no tuvimos ningún problema. Se pasan los puestos fronterizos, donde al guía le piden la documentación necesaria y los permisos, revisan por alto el autobús y te dan paso, o te dejan entrar en la "cárcel". Belén está rodeada por el Muro de la Vergüenza, que tiene una longitud de más de 700km, de los que unos 200 quedan aún por construir.
El lado judío está impoluto, pero una vez dentro de Belén, el muro se llena de pintadas, grafittis y dibujos reinvidicativos.
Pone la piel de gallina saber que la mayoría de personas que viven allí no tienen permiso para poder salir de la ciudad. Algunos pueden salir a trabajar a Jerusalén, pero son una gran minoría. En ella conviven árabes musulmanes y cristianos más o menos en la misma proporción. Tiene control político palestino total; pero los judíos tienen el control de la electricidad y el agua.
Es uno de los Lugares Santos más importantes para los cristianos, ya que allí nació Jesús.
07 de Abril
La primera parada en la ciudad, tras dejar el bus, es la Iglesia de la Natividad. Hoy en día, cada año se celebra la Misa de Nochebuena allí, y es retransmitida por televisión a nivel mundial. Ese día es una gran fiesta en la ciudad y tanto cristianos como musulmanes lo celebran juntos. Se llegan a reunir unas 100.000 personas. Para entrar hasta la cueva del Nacimiento hay que hacer una cola bastante agobiante, básicamente porque no es cola ni nada, sino que vas avanzando como te deja la gente; no hay ningún tipo de orden ni control.
Los diferentes grupos de cristianos se reparten el lugar y se encargan de limpiarlo uno detrás de otro... Es curioso porque todos limpian lo mismo, y si no están a punto para cuando llegue su turno, pierden el derecho a estar en la iglesia.
Tras acabar la visita a la iglesia, nos fuimos a comer a un restaurante árabe. Todo estaba muy bueno. Al final, nos invitaron a café.
Al terminar de comer, nos fuimos hasta el bus para regresar a la frontera de Jordania. Pero esta vez no pudimos regresar por Allenby, ya que estaba cerrada. Tuvimos que dar una vuelta enorme y entrar por la de Jordan valley. Una lata, porque perdimos un montón de tiempo que podíamos haber disfrutado la última noche en Amman...
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