domingo, 14 de agosto de 2011

COSTA RICA 2011


27 Julio
Comenzamos nuestra vacaciones de verano. Unas cuantas semanas de espera se hacen a veces eternas... Pero el día llegó y todo estaba listo para partir. Salimos de casa bien temprano, a las 4.30 de la mañana. Hay que ir hasta Madrid, y de allí vuelo directo a San José. El primer vuelo sale a las 8.40h y el de Madrid a las 12.05h, con lo que tendríamos tiempo suficiente para desayunar en la capital antes de tomar el vuelo largo. 
Pero al llegar a Barcelona nos encontramos la primera sorpresa: el avión tiene un problema técnico (nos avisan después de dos horas de que las luces de emergencia no funcionan y no puede despegar) y nos reubican en otro vuelo; pero por desgracia perdemos la conexión: el avión de San José ya ha salido. Nos llevan a un mostrador para darnos un nuevo billete de avión. Las primeras noticias no son demasiado buenas: nos ofrecen vuelo para tres días después!!! En principio lo reservamos, porque no hay nada más, pero vamos a atención al cliente y finalmente conseguimos plazas para el día siguiente volando vía Nueva York (Newark). Bueno, de lo malo solo perdemos un día. No hay nada que hacer, así que mejor no amargarnos y disfrutar el día en Madrid. 
Nos trasladan al hotel Melià Barajas con pensión completa, por supuesto.¿Quién nos lo iba a decir? Con las ganas que teníamos ya de irnos y pasamos la tarde por la capital de España en lugar de la de Costa Rica... A última hora volvemos a Barajas porque Gisela,la chica de la agencia de El Corte Inglés, nos dice que ha llamado a Iberia y quedan billetes en 1ª clase. No sirve de nada; los tienen bloqueados porque al día siguiente tienen unas 30 personas de overbooking y ya cuentan con reubicar unos cuantos pasajeros. IBERIA, sin comentarios.


28 Julio
Volamos a Newark (8h 30min) sin percances. Allí cogemos el vuelo hacia San José (4h 36min). Llegamos muertos de cansancio. La hora local son las 22.30h, pero para nosotros son las 4.30 de la madrugada. Nuestro hotel en San José es el Ramada Plaza Herradura. Lástima que no podamos disfrutar mucho de él, es muy bonito. 

29 Julio
Nos despertamos temprano, porque a las 5.45 de la mañana nos vienen a recoger. ¡¡Salimos para Tortuguero!! Nos recoge una van que nos llevará a un autobús a reunirnos con más turistas para hacer el traslado. Paramos a desayunar en el restaurante El Ceibo, llamado así porque hay uno de estos enormes árboles en el jardín. Nos ofrecen gallopinto, plato típico del país a base de arroz y frijoles, además de otros platos, y fruta, cereales, café...
Nos dicen que después de desayunar podemos buscar ranitas blue jeans en el ceibo, que suelen estar alrededor. Son muy chiquitinas, y tienen el cuerpo rojo y las patas azules, de ahí lo de blue jeans. Al principio nos cuesta un poco encontrarlas (som más o menos del tamaño de la uña del dedo meñique) pero conseguimos ver tres; no se pueden tocar porque son venenosas.


Acabado el desayuno seguimos el camino. No para de llover. Llegamos a La Pavona, punto donde hay que coger el bote que nos trasladará al embarcadero del lodge. Tenemos aproximadamente 50 minutos de camino por el canal. Nos dan ya el número de habitación, la 38.

Cogemos el bote que nos lleva hasta nuestro lodge. Atravesamos varios canales y parece que vayamos por el mismísimo Amazonas. Cuando llegamos a Pachira Lodge nos reciben con un cóctel de bienvenida.




Tenemos libre hasta las 13h, la hora de comer. Conocemos a una pareja muy maja que están en luna de miel: Lucía y Marcos. Así que compartimos un bonito día con ellos. 

En el hotel nos informan de que por la noche hay la posibilidad de ir a la playa de Tortuguero para intentar ver el desove de las tortugas marinas. Ni nos lo pensamos, es una de las cosas que queríamos ver; reservamos la excursión ($30 por persona). Hay dos turnos, de 20h a 22h y de 22h a 24h. A nosotros por suerte nos toca el primero. 

Pero antes de ir a ver las tortugas tenemos a las tres de la tarde una caminata de una hora y media aproximadamente por el bosque lluvioso que hay detrás del lodge. Jorge, nuestro guía, nos explica infinidad de cosas sobre la flora y la fauna del lugar. Vemos monos aulladores, arañas y una serpiente de las más peligrosas, la bocaracá. Es pequeña y está dormida, pero no nos permite acercarnos demasiado, ya que saltan, por si acaso se despierta. En costa Rica también hay serpientes coral, que se distinguen de las no venenosas por el orden de los colores. Las podemos reconocer gracias a la palabra RANA (Rojo, Azul, Naranja, Amarillo= veneno mortal). También nos explica que de Costa Rica es desde donde se exporta la mayor cantida de suero que cura las mordeduras. Es curioso cómo lo obtienen: inyectan una cantidad determinada de veneno a un caballo; la sangre de este produce anticuerpos, extraen la sangre, la dejan reposar y en la superficie queda el plasma, que dejan cristalizar, y de ahí sacan el suero. El animal no sufre en absoluto.



Para la caminata debemos tomar prestadas unas botas de goma ya que el camino está lleno de fango debido a las lluvias. El tour acaba sobre las 16.45h. 



Tenemos unas horas antes de saber qué turno nos toca para ir hasta la playa donde desovan las tortugas. Hay que llevar ropa oscura y dejar todas las cámaras y móviles en el lodge para evitar problemas. Solo el guía está autorizado a llevar una linterna de luz roja para no asustar a las tortugas.
 


Nos ha tocado ir en el tour de las 20h. Llegamos al pueblo de Tortuguero en lancha; está muy cerca del lodge. Después de caminar unos 2km llegamos a la sección 5 de la playa. La tienen dividida en zonas públicas (1,2,3) y las que pertenecen al parque nacional (4,5). Nos comunican que en el punto 49 hay tortugas. ¡Qué emoción! La guía, Marisol, nos dice que vamos a tener mucha suerte: hay dos tortugas; una de ellas está desovando, la otra está camuflando el nido. Realmente tenemos una suerte enorme. Podemos ver cómo llega una tortuga a la playa y hace el nido, otra está poniendo huevos!! y otra los está tapando y más tarde regresa al mar; nosotros la acompañamos hasta el agua. Es maravilloso.

El desove es espectacular. Nos acercamos en medio de una oscuridad total. Se enciende la linterna roja y ahí la vemos. ¡Es enorme! Es una tortuga verde. Llegan a medir de entre 1,25m hasta 1,70m. Los huevos caen de tres en tres y de cuatro en cuatro. Las tortugas verdes ponen de entre 80 a 120 huevos por desove y salen a desovar unas cuatro veces por temporada (de junio a septiembre), pero de toda esa cantidad solo 5 o 6 tortuguitas sobrevivirán y se convertirán en adultas.

Seguimos teniendo la fortuna de nuestro lado. Vemos como llega una tortuga a la playa procedente del mar; se dirige en busca de un lugar para dejar sus huevos y la primera que vimos decide regresar al mar y dejar el nido ya camuflado. La acompañamos hasta la orilla.

Parte del dinero que se paga con la entrada al parque se destina a la protección del parque y otra parte es para la gente del pueblo, para solventar necesidades de la comunidad.



Llegamos al lodge y nos vamos a dormir. A las 4.45 del día siguiente tenemos que estar en pie de nuevo.
30 Julio
Oh Dios! Esto del cambio de horas. Pongo el despertador del móvil y resulta que nos levantamos una hora antes!! A las 3.45!! puff!! Nos duchamos y cuando nos damos cuenta volvemos a tumbarnos de nuevo en la cama hasta que vienen a llamar a la puerta y nos avisan de que ya es la hora. hay que ir al embarcadero porque nos vamos de excursión a los canales del parque. Comenzamos por los más anchos, observando aves acuáticas, que parece que posen para que la gente las vea.     








 


A medida que avanzamos a través de los canales, se van haciendo más estrechos, hasta llegar a lo que llaman bosque galería. Los árboles se entrelazan por encima de nuestras cabezas. Vemos un caimán, tortugas, otras aves y monos araña columpiándose en las ramas.




Regresamos al lodge a las 7.45 aproximadamente, desayunamos y tras despedirnos de Marcos y Lucía cogemos la lancha que nos lleva de nuevo hasta La Pavona par tomar el bus que nos transporta hacia El Ceibo, restaurante donde comemos y desde nos llevará el siguiente tránsfer hasta el próximo parque: el del Volcán Arenal.

La mayor parte del camino diluvia. Hay un trayecto de unas tres horas. Hacemos una parada a mitad del camino; al llegar el volcán aparece imponente ante nosotros.



Hacemos el check-in en el hotel Arenal Manoa, uno de los hoteles más bonitos en los que hemos estado. Las habitaciones son como pequeñas casitas o bungalows.
 

La habitación es enorme, el baño igual. Tiene una terracita con mecedoras y vistas al volcán, que se pueden disfrutar igualmente desde el interior de la habitación, ya que tiene unas cristaleras que te permiten contemplar el volcán tumbado desde la cama. Esta es la misma foto con una diferencia de un par de minutos:



 



Pensábamos haber ido al pueblo de La Fortuna tras hacer el check-in para encargar la excursión al parque nacional, y a las termas de Tabacón, pero cambiamos de opinión porque el hotel disponía de una piscina de agua fría, una de aguas termales procedentes del volcán, una para niños también termal y un jacuzzi exterior también termal!!! Están abiertas de 9h a 22h. 




Tiene unos jardines preciosos. Nos acercamos al restaurante y tras ver la carta, muy variada, y que los precios son razonables, optamos sin dudarlo por quedarnos en el hotel. Desde allí mismo contratamos una caminata con guía por el parque Nacional del Volcán Arenal por 48$ por persona y no vamos a Tabacón. 

Antes de cenar tomamos un cóctel, cortesía del hotel como bienvenida, en el bar del restaurante. Le preguntamos al camarero si hay algún ranario para ver por la zona, y nos dice que en el pueblo hay uno que está muy bien, donde además también se pueden ver mariposas y una granja de hormigas y dispone a su vez de piscina de aguas termales (todo por unos 10$). Por lo que pensamos que al día siguiente por la tarde, cuando volvamos de la excursión quizás vayamos. Se llama Los Lagos. Después de cenar, muy bien, por cierto, nos damos un chapuzón en las piscinas termales. Hay poquísima gente, así las disfrutamos de verdad. Entablamos conversación con una chica que es fisioterapeuta del pueblo de La fortuna que nos dice que ella prefiere mil veces ir a ese hotel que a Tabacón, porque el otro es mucho más caro y está llenísimo de gente. Nos dice que las aguas son muy saludables. Absolutamente relajados nos vamos a dormir.


31 Julio

Esta mañana la pasamos descansando un poco. Disfrutamos de las termas del hotel y comemos temprano ya que a las 14.45 nos vienen a recoger para entrar al Parque Nacional. Son muy puntuales. Nuestra guía se llama Ivonne y nuestro conductor Jorge. Comenzamos la caminata y nos explican que la primera parte del trayecto es un bosque nuevo, ya que en 1968 hubo una erupción del volcán que destruyó completamente todo lo que encontró a su paso por la parte este de los laterales del mismo, llevándose por delante la vida de 80 personas, todas las que vivían en el pueblo de Arenal. La parte oeste se salvó y el pueblo que se llamaba Burío pasó a llamarse La Fortuna. Esas personas no tuvieron oportunidad de salvarse, ya que los gases del volcán viajaban a más de 200km/h.

En la caminata encontramos mucha caña brava y una planta muy especial la mimosa. Juzgad vosotros mismos: 



El cono que ahora se ve es el del cráter C. Tiene 4 cráteres. El A y el B se taparon por el C,  y el D ya he quedado por debajo en altitud respecto al C. Este último crece entre 2 y 4 metros al año debido a los sedimentos  que expulsa a diario. Desde el pasado noviembre dejó de expulsar lava y ahora está en periodo de actividad media-baja.

La segunda parte del camino entramos en el bosque lluvioso, la parte que se libró de la lava en la erupción del 68. Ivonne busca un termitero y nos pregunta si queremos probar las termitas. En Tortuguero ya nos las habían ofrecido y mucha de la gente que iba en el grupo las probó, pero nosotros no, así que no íbamos a dejar pasar una segunda oportunidad. ¡A comer termitas!



Continuamos el camino y comenzamos a subir en dirección al volcán, o casi puedo decir, a escalar, por un camino de rocas de lava fría, hasta llegar al punto donde ya no permiten avanzar más por seguridad. En los años 90, un guía traspasó este punto, acercándose hasta la ladera del volcán con una turista y su hija, hubo escapes de gas y al llegar al hospital los tres murieron.

Desde este punto hay una estupenda vista del lago Arenal (artificial) creado por el gobierno para producir energía eléctrica.

Y tuvimos la suerte de que el cono del volcán se despejó y pudimos verlo a la perfección. Eso sí, no paraba de llover bien duro, como dicen por allí.

Al bajar le comento a Ivonne que tenemos pensado visitar el ranario de Los Lagos, pero ella me dice que hay uno mucho mejor más cerca de nuestro hotel, que también tiene serpientes y cocodrilos. Le pregunto si nos puede hacer el favor de llamar para ver si podemos visitarlo. La visita comienza a las 17.30, ellos mismos nos acercarán hasta el lugar. Son tremendamente amables. Hay una opción, no podemos visitarlo por libre porque ya va a oscurecer. La visita que hay disponible es el tour nocturno guiado (35$ por persona). Nos parece muy bien. Nos vamos a Arenal Natura Ecological Park

Nos recibe Brandon, un chico de 18 años encantador. El tour es privado, así lo disfrutaremos nosotros solos. Nos da una linterna y comenzamos. El sitio es muy bonito, podemos disfrutarlo porque aún no ha oscurecido del todo. Nos explica que el hombre que decidió construir el ranario trabajó durante 24 años en el banco nacional, había comprado la finca y una tarde paseando escuchó las ranas y surgió la idea. El lugar solo tiene un año abierto al público, y el proyecto es crear un centro de conservación y de invetigación. Ya han conseguido reproducir alguna especie en cautividad.

Al entrar vemos una colonia de hormigas y Brandon nos enseña cómo una hormiga soldado es capaz de sostener con sus patitas un palo de casi un metro de largo y casi del grosor de un dedo meñique. Continuamos por los jardines y empezamos a tener sorpresas: una ranita sale a vernos. La excursión pinta de maravilla. Seguimos hacia los terrarios y vemos ranas por aquí y por allá. ¡Es total!

Los cocodrilos es la primera parada. Conocemos la historia del triángulo amoroso entre Juancho, Margarita y Pepe. A Juancho le falta media mandíbula, que perdió en una pelea estando en libertad. Al salvarlo y alimentarlo ha sobrevivido. Le pusieron una cocodrilita, pero casi la mata. Después de la pelea no soporta estar con ningún cocodrilo más. Pepe está enamorado de Margarita, pero ella está enamorada del fiero Juancho, así que no hay manera de que entiendan. 

Dejamos los cocodrilos y empezamos a ver diferentes serpientes: boas constrictor, terciopelos, bocaracás... Y a continuación para nosotros lo mejor: las ranas. Tienen 34 especies diferentes en los terrarios. Pero lo perfecto fue cuando Brandon escuchó algo y salió al jardín. Tardó unos minutos en volver con una sorpresa genial. No nos podíamos creer la suerte que habíamos tenido: traía una rana de ojos rojos (Agalychnis callidryas). Como le gusta mucho la fotografía le dejamos la cámara y nos hizo de fotógrafo profesional. ¡Mil gracias Brandon!



Después de ver las ranas volvemos al hotel caminando bajo la lluvia que no da tregua. El ranario está aproximadamente a un kilómetro. El camino es de grava pero está iluminado. No es carretera, así que es muy seguro. La visita ha sido de 10!!

Por cierto, también nos regaló unas flores del árbol ylang ylang, que tiene un olor muy intenso, de la que se extrae esencia para hacer perfumes, como ejemplo Chanel nº5.

01 Agosto
Hoy toca traslado a Monteverde. No hay demasiados kilómetros, pero nos han dicho que la carretera es muy mala, así que se tarda unas 4 horas en llegar. Los últimos 37km en hora y media...

Solo hacemos una parada para estirar las piernas y otra mini para ver un perezoso. El hotel de Monteverde, El Establo, está a un kilómetro del pueblo de Santa Elena. Llegamos y nos dan la habitación, muy amplia y con bonitas vistas desde el balcón. 

                            

Luego contratamos las excursiones para el día siguiente: yo haré el canopy más un paseo por los puentes colgantes (65$); solo los puentes (25$). Cuando volvamos al hotel comeremos y después iremos a visitar una plantación de café, la de Don Juan (25$).

02 Agosto
Nos levantamos a las 6h para desayunar tranquilamente. Nos vienen a buscar a las 7.40h para entrar a la reserva de Monteverde. Compramos los tíquets al llegar y yo voy un par de horas a hacer el famoso canopy (tirolina). Nos dejan el equipo y nos llevan a la primera plataforma. Son 13 en total, la última de 1km de largo. Estaba un poco nerviosa porque nunca lo había hecho, pero muy emocionada. Antes de nada nos dan una breve clase teórica de cómo te tienes que tirar y la posición recomendable del cuerpo durante el descenso, qué hacer si el impulso hace que te pares antes de llegar al final del cable y algún consejo más. Y ya estamos listos. Me lanzo y ¡allá vooooooy!

                                  

Cuando acabamos el canopy nos espera una sorpresa: el Tarzan Swing. Desde una altura de 8 metros te lanzas al vacío y te columpias como si estuvieras colgando de una liana. Me tiembla todo. Le pido a los chicos que me aten bien y... Jerónimooooooooooooooooooooooooooo 

                                                             





¡La impresión es total! Hasta que llegas al tope de la caída es pura adrenalina, el balanceo es muy divertido. Me bajo de la cuerda temblando, pero satisfecha por haberme atrevido a saltar. 

Después de terminar el canopy me esperaba comenzar el paseo por los puentes. Como no llevábamos guía, la verdad es que no valió mucho la pena. Sí que los paisajes son muy bonitos y caminas en el bosque nuboso, pero lo podríamos haber saltado sin problema, y más aún si haces el canopy.


                                                              

Esto es un no parar; a las 15h nos vienen a recoger para ir a la plantación de café. Es un negocio familiar que lleva años funcionando. Al principio la visita se hace un poco lenta por toda la explicación del orígen del café, pero el proceso fue muy interesante. Lástima que comenzó una tormenta y llovía a cántaros. Al final de la visita te invitan a una degustación de café de dos tipos: de tueste claro y de tueste oscuro. Conocimos al dueño de la plantación, el señor Don Juan, un abuelito entrañable. 



Como curiosidad decir que el mundo es un pañuelo, realmente; este señor resultó ser el abuelo de Brandon, el chico que nos hizo de guía en Arenal Natura. ¡Qué casualidad! 

Volvemos al hotel a descansar sobre las 17.30h aproximadamente. Los días se hacen largos porque te pones en marcha muy temprano, así que da tiempo a aprovecharlos al máximo.

03 Agosto
Nos levantamos de nuevo a las 6 de la mañana. Desayunamos tranquilamente y a las 8h nos vienen a recoger. Hay 4 horas hasta llegar al Parque Nacional Manuel Antonio. La carretera es horrible durante el primer trayecto. Paramos a medio camino para cruzar el puente sobre el río Tárcoles, que nos han dicho que está plagado de cocodrilos. Esperamos tener suerte y ver alguno. El señor que nos lleva en el traslado se para al cruzar el puente sobre el río. Nos dice que nos espera al otro lado, que lo pasemos caminando para observar los cocodrilos. Empezamos a caminar y Eureka! A un lado vemos tres de golpe! Pero lo mejor está al otro lado, hay 7 más, alguno es enorme. Ahora entendemos lo que nos decían. 


Hemos tenido suerte de llevar como transportista al señor Ignacio. Nos dicen que hay conductores que no se molestan en parar. Seguimos el camino y llegamos sobre las 12h al hotel El Parador, un resort precioso con unas vistas al Pacífico espectaculares.

                                 

Lo primero es dejar las maletas en la habitación. Nos toca la 326. Muy amplia, con vista al jardín. Dejamos el equipaje y vamos de nuevo a contratar la excursión para el día siguiente al Parque Nacional Manuel Antonio. En este hotel solo estaremos una noche, ya que el vuelo a Cancún sale muy temprano. Mejor ir al aeropuerto desde San José. Damos una vuelta por la tienda de souvenirs y antes de comer recorremos el sendero de los monos, pero no vemos ninguno porque nos dicen que salen a primera hora de la mañana. Sobre las 14h comemos. 

Cerca del hotel, siguiendo un sendero en el bosque se llega a la playa de Biesanz, una cala salvaje donde el reflejo de toda la vegetación hace que el agua se vea completamente de un color verde esmeralda. Tenemos la cala para nosotros solos. Entramos en las aguas  del Pacífico y disfrutamos del espléndido lugar.




De vuelta al hotel toca un poco de relax en uno de los numerosos rincones llenos de sillones que se reparten por diferentes terrazas. Así pasa el día hasta la hora de cenar.

04 Agosto

De nuevo a las 6 en pie. A las 7.30 nos vienen a recoger para visitar el Parque Nacional Manuel Antonio. No está lejos del hotel, a unos 15 minutos. Al llegar compramos los tíquets y vemos nada más llegar una cría de boa, una rana gladiadora y una pelota peluda en un árbol, un perezoso. Acompañados por el guía comenzamos la caminata por el sendero del perezoso y los vamos encontrando a medida que avanzamos. 




Nos detenemos a ver un basilisco, y un chico del grupo le comenta al guía que le ha parecido ver una serpiente junto a un riachuelo. El guía no puede creer la suerte que hemos tenido: es una terciopelo comiendo una lagartija. Es una de las serpientes que provoca más accidentes en Costa Rica, es muy venenosa, pero no letal si se va al hspital dentro de las dos horas siguientes a la mordida. Vemos también una araña hilo de oro y un tucán pico de fuego. Tenemos muchas ganas de llegar a la playa número 3, considerada como la mejor de Costa Rica, porque está dentro del Parque Nacional y solo se puede llegar caminando hasta ella. No hay ningún tipo de negocio a su alrededor. No es demasiado grande; es preciosa.

Después de hacernos unas cuantas fotos de recuerdo, el guía nos dice que podemos continuar con él o quedarnos a pasar el día en la playa y regresar caminando hasta el punto donde nos recogerá el bus del hotel (servicio gratuito) a unos 25 minutos de camino. Nosotros no podemos quedarnos porque al mediodía nos vienen a recoger a las 13h para partir hacia San José. 

Nos acercamos hasta la playa número 2, casi vacía. 


El guía nos explica que la gente prefiere la nº3 porque es mucho más tranquila y no hay tantas corrientes y resaca; es mucho más segura. Al terminar la visita nos invitan a un refrigerio en un restaurante: unas frutas y un zumo natural.

Regresamos al hotel. Tuvimos que dejar la habitación a las 12h, pero tienen la gentileza de dejarnos la llave de una habitación más sencilla para guardarnos el equipaje y por si queremos darnos una ducha o descansar hasta que nos vengan a recoger. Todo un detalle, la verdad. Esa hora la pasamos descansando y enviando unos cuantos emails a la familia. El servicio de internet es gratuito. Incluso me imprimen sin coste alguno un par de vouchers que necesito para hacer en Miami el tour en bus.

Hace un sol de justicia. Nos vienen a recoger a las 12.45h. Vamos a recepción y en dos horas y media llegamos a San José. De nuevo en el Hotel Ramada hacemos la última noche en Costa Rica. Decidimos cenar en el restaurante Sakura a las 6 de la tarde. No hemos comido y tenemos que acostarnos muy temprano porque a las 02:45 de la mañana nos vienen a buscar para llevarnos al aeropuerto para coger el vuelo a Cancún que sale a la 6h. Pero cuando estábamos en la habitación nos llaman de la agencia que nos tiene que hacer el tránsfer para decirnos que el aeropuerto permanece cerrado hasta las 4 de la mañana, así que acordamos que nos vendrán a recoger una hora más tarde, para que no tengamos que esperar a la puerta tanto tiempo. Por nosotros perfecto.


Y aquÍ termina nuestra estancia en un país estupendo, de una riqueza natural indescriptible y una gente maravillosa.

¡PURA VIDA!

















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